¿Y si no es motivación lo que necesitas?

Por mucho tiempo creí que la motivación era la chispa mágica que necesitaba para lograr cosas. Me la imaginaba como esa energía luminosa que llega de pronto, que me levanta del sofá, que me empuja a comer mejor, a trabajar por mis sueños, a ser constante.

Y sí, a veces llega. Pero la mayoría de veces… no.

Y me di cuenta de algo incómodo pero liberador:

"La motivación es inconstante. No se puede depender de ella para crear una vida que ames."

Lo que empecé a preguntarme

En lugar de decirme:

“¿Cómo me motivo?”,

empecé a preguntarme:

“¿Qué me sostiene incluso cuando no tengo ganas?”

Y ahí lo vi claro:

No necesitaba más motivación.

Necesitaba estructura, decisiones conscientes y mucha compasión.

Esto es lo que me funciona ahora: (aunque no siempre tenga energía)

✨ Rutinas realistas

No perfectas. No Instagramables. Solo reales. Pequeños anclajes que me conectan con mi versión futura, incluso en días grises.

📝 Recordatorios visuales

Frases pegadas en la pared. Listas de “por qué empecé”. Fotos que me devuelven al propósito.

🚶‍♀️ Movimiento aunque sea lento

Si no puedo entrenar, camino. Si no puedo escribir, respiro. Hacer algo es mejor que rendirme del todo.

🧠 No esperar sentirme lista

A veces empezar es lo que me hace sentir mejor, no al revés.

- La verdad incómoda -

No todos los días vas a sentirte inspirada. Y está bien.

No todos los días vas a querer comer sano, ni trabajar por tus metas, ni seguir tu rutina.

Pero esos días también cuentan.

Esos días también construyen tu vida.

Así que hoy quiero decirte esto:

No estás rota si no tienes ganas.

No estás fallando si no sientes mariposas cada mañana.

Tal vez no necesitas más motivación.

Tal vez lo que necesitas es suavidad, un plan flexible y seguir caminando incluso cuando no brilla el sol.

💌

Gracias por leer hasta aquí.

Si esto resonó contigo, puedes compartirlo o dejarme un comentario.

Nos leemos en la próxima entrada 🌿

— Valeria